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Los 192 animales vivos que España requisó el año pasado: tarántulas, serpientes, tortugas, escorpiones y aves

El operativo Thunder de lucha contra el tráfico ilegal de especies silvestres, coordinado por la Interpol, ha intervenido 20.000 animales vivos en 138 países desde 2017

01:30
Operación contra el tráfico de animales de la Guardia Civil
Imagen de una iguana decomisada.Vídeo: EPV
Esther Sánchez

En maleteros, en tuppers en Barajas, en viviendas... El tráfico ilegal de animales silvestres ―felinos, aves, primates, reptiles, entre otros― se ha convertido en un lucrativo negocio con el ciberespacio como gran escaparate. En España, que lidera esta lucha en Europa, el año pasado se decomisaron 192 animales vivos, según ha señalado en rueda de prensa el comandante Ramón González Gallego del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Los agentes han intervenido tarántulas, tortugas, escorpiones, serpientes, incluso un caracal (felino africano), además de 50 piezas como colmillos, patas o pieles. Para ello, se han llevado a cabo 400 inspecciones en las que se detuvo a 13 personas.

Pero el macrooperativo Thunder, coordinado por la Interpol, en el que participa España con otros 137 países, abarca mucho más y ha rescatado desde que se creó en 2017 a 20.000 animales vivos. Sobresalen casos como el que permitió incautar 4.472 kilos de escamas de pangolín en Nigeria; una tonelada de pepinos de mar, considerados un manjar, en Nicaragua; ocho tigres de entre dos meses y dos años de edad en la República Checa; bilis de oso, usada en la medicina tradicional, localizada en Australia y el Reino Unido o las 5.193 tortugas de orejas rojas descubiertas en el aeropuerto de Chennai (India) en maletas de pasajeros provenientes de Tailandia. Además, se descubrieron 300 armas de fuego, vehículos y otros materiales utilizados en la caza furtiva.

En España, desde que Thunder se puso en marcha, se han realizado importantes aprehensiones como las 115 tallas de marfil de colmillos de elefante africano, asiático y morsa localizadas en el registro de una vivienda en 2018. O la incautación de más de 3.800 cactus protegidos en Almería. Un lucrativo negocio que satisface una demanda que va desde el deseo de coleccionar a la fabricación de productos con supuestas propiedades medicinales y de artículos de lujo hasta tener una mascota.

González Gallego ha señalado este miércoles la importancia de la investigación en Internet, “el cibercontrol”, para el que cuentan con la colaboración de Universae, un centro de formación con la tecnología necesaria. “No es tan sencillo como coger un ordenador y ponerse a buscar en Internet”, hay que ser sigiloso, evitar ser detectado. Adquirir una especie de este tipo en la actualidad “está a golpe de un clic”. En esa colaboración pública, privada y de la sociedad civil también han cooperado entidades sin ánimo de lucro como IFAW, GITOC y WWF.

El rastreo por el ciberespacio ha permitido al Seprona localizar en 2024, entre otros, a 32 ejemplares de diferentes especies ocultos en el maletero y bajo los asientos de un vehículo en Tenerife. Algunos de ellos como la tortuga morrocoy, la tarántula mexicana de patas anaranjadas o la tarántula de abdomen rojo están protegidas por el convenio CITES (tratado internacional que regula el comercio de especies animales y vegetales silvestres amenazadas).

Había también animales incluidos en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras como la serpiente de maíz u otras como el gallipato, un anfibio protegido. Otro de los casos más llamativos son las 18 tortugas vivas protegidas que se localizaron en Alicante o los 31 animales con los que se encontraron los agentes cuando registraron una vivienda en Telde (Las Palmas de Gran Canaria). Una colección de ejemplares de tarántulas, escorpión amarillo ―contra cuya picadura no había antídoto en el archipiélago canario―, una serpiente pitón, tortugas y lagartos. Tampoco faltaban invasoras como varios caracoles gigantes africanos o culebras de California.

El problema es que las penas a las que se enfrentan los delincuentes por tráfico de especies “no son muy altas”, ha añadido. Sanciones que se incrementan cuando se les unen otras infracciones como la falsedad documental para mover a los animales, el delito contra la fauna y flora, el maltrato animal y el contrabando. Algo que ocurre en muchas ocasiones. Además, González Gallego, ha recordado que el tráfico de especies conecta con otro tipo de delincuencia y que puede llegar a financiar a grupos terroristas. Esas penas bajas llevan a grupos mafiosos italianos a moverse hacia la comisión de ese tipo de crimen.

Los animales vivos suponen solo una parte de este tráfico. Este año los agentes han hecho especial hincapié en la detección de la importación de maderas que están prohibidas, tanto por su origen como por las restricciones impuestas por la Unión Europea. “Concretamente, las que provienen de Rusia y Myanmar”, puntualiza el Seprona.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.
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